Las lentes progresivas están realizadas de acuerdo a la forma natural de mirar de las personas; por eso, su parte superior está ideada para permitir una visión óptima en el plano lejano, la intermedia para ofrecer buena visión en la zona media y la inferior para proporcionar nitidez en el plano cercano. Por todo ello es lógico que, según datos del estudio “Los españoles frente a la presbicia”, el 43% de la población mayor de 45 años considera que las lentes progresivas son la mejor solución para corregir este error refractivo.

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A diferencia de los multifocales convencionales, la personalización de los progresivos significa que se toman medidas particulares de la cara y la posición del lente en cada paciente. Esto conlleva una optimización de los resultados, pudiendo además potenciar aquellas zonas de visión que el paciente quiere potenciar, para así generar mejores resultados y adaptaciones.

 

Entre otras, las medidas personalizadas son:
 

• Ángulo pantoscópico: la angulación del lente con respecto a las mejillas

• Ángulo panorámico: la angulación frontal del lente en la cara

• Distancia al vértice: la distancia entre la cara interna del cristal y el ojo

• Distancia nasopupilar: la distancia en mms entre la mitad de la cara y una pupila, y la mitad de la cara y la otra

• Altura pupilar: la altura de la pupila con respecto a la parte más inferior del armazón.

• Priorización de campo: los multifocales cubren tres zonas de visión, de manera progresiva (por eso su nombre compuesto: MULTIFOCAL PROGRESIVO). Al poder optimizar una zona, se hace coincidir el foco prioritario de uso del paciente con el del cristal. 
  Por ejemplo: a un conductor, se le puede priorizar el campo de lejos. A una persona con labores de oficina, se le prioriza el campo de zona intermedia. Alguien con lectura prolongada se le prioriza la zona de cerca
  
  Cabe aclarar que la optimización de zona NO va en desmedro del resto de los campos, que siguen teniendo excelentes rendimientos.

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